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lunes, 19 de noviembre de 2012

FORMA Y FUNCIÓN


-       ¿Y eso? ¿Que te parece?
-       Bonito,  pero…. ¿para que sirve?
-       Hummm.  para eso, ….para ser bonito. 
-       No entiendo.
-       Para hacer bonito, …..para embellecer. ….
-       Sigo sin entenderlo
-       ¡para disfrutar mirándolo!
-       Vale vale, pero ¿para que sirve?
-       ¡Para nada!.
-       Pues entonces, si no sirve para nada ¿para que lo hacen?
-      

Hay una sutil línea que divide la forma y la función de las cosas.
Me resulta interesante conocer esta dualidad y conocer la balanza con la que a mi alrededor se contrapesa.  
Por mi parte, si me tengo que decantar por algo, mi parte esteta siempre me pide  elegir “la forma” pero mi parte técnica me pide “la función”.
Todos conocemos gente que se autodenominan “prácticos” Los que regalan una plancha, un minipimer o una afeitadora pensando que es un dinero bien empleado ya que son objetos útiles. Menosprecian cualquier otro objeto sin función al que denominan adorno.
Cuando hablo de la forma no hablo de esos diseños que unen, muchas veces con humor, un elemento práctico con uno estético: el cuchillo con forma de zanahoria, el teléfono con forma de zapato o el cortaúñas, (elemento 100% práctico y feo como el sólo,) con forma de carita de ratón dentudo. Eso no es darle forma a un objeto, eso es ponerle un disfraz para que parezca un juguete.

Hace unos años oí decir que Starck  (filip para los amigos) dibujaba y cuando le venía un cliente le enseñaba sus dibujos. El cliente elegía y dependiendo de qué objeto quisiera, lo dimensionaba y le daba función. Olé.
Es decir, te viene un inversor japonés y se adelanta en la cita a los Sres. de Alessi. Y el especiero se convierte en un hotel en Hong Kong de 30 plantas con 500 habitaciones y el guardabarros del siguiente cliente pasa a pertenecer al menaje de un Sr. de Murcia.
Los huéspedes del hotel, se preguntarán el porqué del repentino antojo de pizza, y  el Sr. de Murcia se preguntará que tiene que mover para hacer salir el orégano.  ¡Genial!

Así que, cuándo veo la Alhóndiga ingenuamente me suelo preguntar si no nos debimos de adelantar al que le encargó hacer unos saleros. Y por otro lado, cuando me hago un zumo, si el exprimidor no fue un diseño frustrado para un juguete Durex.


miércoles, 14 de noviembre de 2012

SILLAS CHAMPAN EN ROSITA


No recuerdo ni el titulo de la peli, ni los actores ni siquiera de que iba, pero si recuerdo que el prota, después de una cena romántica le regala a la chica una sillita hecha con el alambre de la botella de champan que, quiero recordar, se pimplaron previamente.
Me pareció un divertido detalle.
Al de un tiempo, al descorchar una botella de champán recordé la escena e imité la sillita. Me divirtió, y a la gente de mi alrededor les sorprendió. Para  la segunda vez que cayó en mis manos otro alambrecito empezó mi reto: hacerla distinta a la anterior.
Recuerdo que le di un toque más clásico, más Thonet. Ahí empezó otro reto: tratar de no repetir, hacerlas siempre con la mano y sin introducir ningún otro material. Era algo divertido para una sobremesa, incluso entretenido para cuándo la conversación no va contigo.
De mis manos, han  ido saliendo inspirado: 
muchas Agathas, alguna Stark, varias Thonet, alguna Edra, varias Vitras, Knolles, últimamente Rimadesios, reclinables, taburetes, hamacas, mecedoras, más modernillas, otras más vintage, alguna futurista, minimalistas, barrocas , algún trono y hasta una de Ikea, por supuesto desmontada, que le regalé a Maite con todo mi cariño para su colección y como un guiño a la devoción que les tiene.
Muchas sobremesas después, mi amigo Juan Marchante, al que no se le escapa nada, al verme hacer una para mi amiga Begoña, me plantea exponerlas en su tienda Rosita. Un lugar donde se respira gusto por el diseño. 
Y ahí están invitadas mis setenta y cinco sillitas disfrutando de un sitio destacado en su escaparate,  atendidas como si fueran modelos de pasarela junto a las espectaculares sillas Edra “de verdad”.
Muy divertido!
Muchas gracias.



I don’t recall the title of the flick nor the actors in it... not even what the flick was about, but I do recall the scene of the romantic dinner, and the main actor giving the girl a tiny chair made out of the champagne cork holder which, if I remember correctly, they had just quaffed.

I found it funny.

Some time later, after uncorking a bottle of champagne I remembered that scene and I copied the tiny chair. I had fun making it and people around me found it surprising. The next time I got hold of another cork wire, I took up the challenge of making a new one, different from the first.

I remember giving it a more classical touch, a Thonet touch. So began a new challenge…try not to repeat them, always make them by hand and without using any other materials. It was something amusing to do at after-meal chats, even entertaining, when losing interest in the conversation around.

Coming out of my hands…many Agathas, some Starks, several Thonets, the odd Edra, some Vitras, Knolls, a few Rimadesios lately, reclining seats, stools, hammocks, rocking chairs, some modern, others, more vintage, even a futuristic one, minimalist, baroque, some thronet or another and even one  "a la Ikea", disassembled, of course, that, with affection, I gave Maite for her collection as a nod to her devotion to them.

Several after-meal chats afterwards, my friend, Juan Marchante, who never misses a thing,  saw me make one for my friend Begoña, and offered me the possibility of displaying them at Rosita’s, his shop, a place oozing good taste for design.

And there they are…. my seventy-five chairs as guests of honour in his shop window, very much like models doing the catwalk, next to “actual” Edra chairs.

Funny, indeed!

Thank you.